
La cirugía dental, especialmente las intervenciones que involucran implantes dentales o extracciones dentales, requiere una cuidadosa evaluación preoperatoria para garantizar el éxito del tratamiento y minimizar los riesgos de complicaciones. Una parte fundamental de esta evaluación es el análisis de sangre, que proporciona información valiosa sobre la salud general del paciente y su capacidad para cicatrizar y combatir infecciones.
1. Hemograma Completo o Biometría Hemática
Un hemograma completo o biometría hemática es un examen fundamental en cualquier proceso quirúrgico. Este análisis mide las células de la sangre, incluyendo glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. La importancia de este examen radica en su capacidad para detectar anormalidades que puedan afectar la cicatrización y el riesgo de infecciones postquirúrgicas.
* Glóbulos rojos y hemoglobina: Un nivel bajo puede indicar anemia, lo que disminuye la oxigenación de los tejidos y puede ralentizar la cicatrización del implante o complicar una infección. * Glóbulos blancos: Un nivel anormalmente alto puede indicar una infección activa, mientras que un nivel bajo puede reflejar inmunosupresión, aumentando el riesgo de infecciones postquirúrgicas. * Plaquetas: Son esenciales para la coagulación. Un nivel bajo puede provocar sangrado en exceso durante la cirugía.
2. Glucosa y Hemoglobina Glucosilada
La glucosa en sangre y la hemoglobina glucosilada son clave, especialmente en pacientes diabéticos o prediabéticos. Los niveles de azúcar afectan directamente la cicatrización y el riesgo de infección.
* Un nivel alto de glucosa puede afectar la capacidad del hueso y la encía para sanar, aumentando el riesgo de fracaso del implante. * La hemoglobina glucosilada elevada indica que la diabetes no está bien controlada. Es recomendable estabilizar los niveles de azúcar antes de la cirugía.
3. Pruebas de Coagulación
Las pruebas de coagulación son fundamentales en cualquier proceso quirúrgico, especialmente aquellos que involucran manipulación de hueso y tejidos blandos.
* Tiempo de protrombina (TP): Evalúa si la sangre tardará mucho en formar coágulos o los va a formar rápido. * Inverso de relación de protrombina (INR): También evalúa el tiempo de coagulación. * Tiempo de tromboplastina parcial activada (TTA): Evalúa si hay trastornos de coagulación ocultos.
4. Perfil de Lípidos
El colesterol y los triglicéridos también pueden influir notablemente en la cirugía de implantes y extracciones dentales.
* Un colesterol LDL alto (el «malo») y triglicéridos elevados pueden afectar la circulación sanguínea y reducir la capacidad del hueso para integrar el implante. * Un perfil de lípido saludable es fundamental para una buena cicatrización y un éxito a largo plazo del implante.
5. Vitamina D
La vitamina D es clave para la absorción de calcio y la salud ósea. Niveles bajos pueden afectar la integración ósea del implante y aumentar el riesgo de fracaso del implante.
6. Proteína C Reactiva (PCR)
La PCR es un marcador de inflamación en el cuerpo. Un nivel alto puede indicar una infección activa o inflamación crónica, lo que aumenta el riesgo de complicaciones postquirúrgicas y falla del implante.
7. Química Sanguínea Básica
La química sanguínea nos da información importante sobre el metabolismo del paciente y su capacidad para recuperarse de la cirugía.
* Función renal: Urea y creatinina evalúan si los riñones funcionan bien. * Función hepática: Alfa-amiloasa (AL) y bilirrubina evalúan si el hígado está funcionando correctamente. * Electrolitos: Sodio, potasio y calcio pueden afectar la cicatrización y la respuesta del cuerpo a la anestesia.
Conclusión
El análisis de sangre preoperatorio es un punto fundamental en la cirugía dental. Los estudios mencionados anteriormente proporcionan información valiosa sobre la salud general del paciente y su capacidad para cicatrizar y combatir infecciones. Es importante que los pacientes realicen estos análisis con tiempo, siguiendo las indicaciones de sus dentistas y médicos. La evaluación preoperatoria adecuada es fundamental para garantizar el éxito del tratamiento y minimizar los riesgos de complicaciones.