En muchas ocasiones subestimamos el papel integral que juega la odontología en nuestra salud general. Recientemente, se presentó un caso en nuestro consultorio que ilustra perfectamente cómo una simple evaluación dental puede conducir a la detección de problemas de salud más amplios. Un paciente de 50 años acudió buscando la colocación de implantes dentales y, como parte del protocolo habitual, se le solicitaron estudios de sangre.
El paciente, que se encontraba aparentemente en buen estado de salud y sin síntomas significativos aparte de cierto cansancio, decidió realizarse un chequeo médico completo. Durante la consulta, observamos un leve tono amarillento en sus ojos, algo que podría no parecer alarmante de inmediato, pero suficiente para levantar sospechas.
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Al revisar los exámenes de sangre, encontramos algunos valores fuera de lo normal. El tiempo de protrombina estaba en 15.8, cuando lo ideal debe estar entre 11 y 13. Además, la bilirrubina presentaba niveles de 1.8, ligeramente por encima del estándar. Estos resultados indicaban un posible problema hepático, por lo que sugerimos al paciente acudir a un médico para exámenes más detallados.
El diagnóstico final reveló hígado graso, un claro recordatorio de la interconexión entre la salud bucal y el bienestar general. Este hallazgo fue sorprendente para el médico tratante, quien destacó la capacidad de los dentistas para detectar señales de alerta que escapan al ojo inexperto.
Es crucial entender que, como dentistas, no diagnosticamos ni medicamos en áreas fuera de nuestra competencia. Sin embargo, estamos capacitados para interpretar adecuadamente los resultados de estudios clínicos y reconocer cuándo algo podría estar mal. Nuestro deber es garantizar que los procedimientos quirúrgicos dentales se realicen con la máxima seguridad, con pleno conocimiento del estado de salud del paciente.
Este caso resalta la importancia de no subestimar la odontología. Las cirugías dentales, como la extracción de muelas del juicio o la colocación de implantes, requieren un conocimiento exhaustivo de la salud del paciente. Un control médico previo puede ser esencial para prevenir complicaciones y asegurar el mejor resultado posible.
Si tienen programada alguna cirugía dental, les recomendamos encarecidamente que actualicen sus exámenes médicos básicos, sobre todo si ha pasado un tiempo desde su último chequeo. Nunca está de más saber cómo está su salud general antes de someterse a un procedimiento odontológico.
Cuídense, y recuerden siempre tratar su salud bucal como un elemento vital de su bienestar general. Nos vemos en el próximo artículo.