Perder los molares puede parecer algo sin gran importancia al principio, pero con el tiempo, varios problemas pueden surgir. Estos problemas no solo afectan la boca, sino también otras funciones del cuerpo. La cultura dental y la economía han llevado a muchas personas a optar por quitarse las muelas en lugar de restaurarlas. A continuación, analizaremos los problemas que pueden surgir si no se reponen los molares perdidos.
Pérdida de la Dimensión Vertical
La primera problemática que surge es la pérdida de la dimensión vertical. Esta dimensión se refiere a la altura entre el maxilar superior y el maxilar inferior, es decir, entre la mandíbula y la parte superior de la boca, donde masticamos. A medida que los pacientes pierden sus muelas, comienzan a desgastar sus otros dientes, y la altura de la boca disminuye de, por ejemplo, 18 mm a 15 mm. Esta reducción puede tener consecuencias serias, especialmente si se requiere colocar implantes o prótesis removibles.
Mandíbula Protruida y Clase Tres Falsa
Otro signo común es que la mandíbula se protruya hacia adelante, causando lo que se denomina una “Clase Tres falsa”. Esto ocurre porque, al no tener las muelas para masticar, los pacientes llevan los dientes hacia adelante, desplazando también la mandíbula. Este problema debe ser identificado correctamente para evitar copias de errores al intentar rehabilitar la mordida.
Para un diagnóstico preciso, se recomiendan varios exámenes como radiografías laterales de cráneo, panorámicas e incluso tomografías. Además, se puede necesitar la desprogramación de la articulación con una guarda para ver realmente hasta qué punto se puede corregir la mordida. Además de la retracción de las encías como explicamos aquí.
Falso Bruxismo
El tercer signo es el falso bruxismo. Mientras que el bruxismo auténtico implica el apretamiento o rechinamiento de los dientes, en estos pacientes parece que aprietan los dientes debido a la ausencia de molares. Al no tener muelas, los pacientes mastican con los dientes delanteros, causando signos aparentes de bruxismo. Sin embargo, esto puede llevar a un diagnóstico errado y, por lo tanto, a un tratamiento incorrecto.
Problemas adicionales
Además de los signos mencionados, hay varios otros problemas asociados con la falta de molares. Aquí te enumeramos algunos de los problemas adicionales:
Abfracciones Dentales
- Estas son defectos en forma de cuña que aparecen en el cuello de los dientes y que frecuentemente se confunden con un mal cepillado.
- En realidad, son causadas por un traumatismo severo en la parte inferior de los dientes debido a la falta de molares, lo que lleva a masticar con los dientes frontales.
Dientes Desgastados
- Sin molares, la masticación se realiza únicamente con los dientes delanteros, lo que les deja planos y sin su forma anatómica natural.
- Si no se reemplazan los molares antes de realizar carillas, estas se dañarán rápidamente, ya que el paciente seguirá masticando con los dientes frontales.
Efectos Piezoeléctricos
- Consisten en pequeños hoyos en las cúspides de las muelas causados por las fuerzas de la mordida.
- Estos pueden ser rellenados con resina, pero continuarán ocurriendo si no se corrige la mordida.
Crecimiento de la Lengua
- Cuando se pierden los molares, la lengua tiende a ocupar los espacios vacíos, creciendo y afectando la pronunciación y la masticación.
- Un crecimiento exagerado de la lengua también puede causar ronquidos y apneas del sueño, ya que obstruye la vía aérea.
Problemas Articulares
- La falta de molares puede causar desplazamiento del cóndilo de la mandíbula, resultando en dolor articular, mareos y tinnitus.
Pérdida de Hueso
- El hueso que sostiene los molares empieza a reabsorberse sin estimulación, complicando futuras rehabilitaciones con implantes dentales.
Neumatización del Seno Maxilar
- La pérdida de los molares superiores puede llevar a que el seno maxilar invada el espacio vacío, complicando la colocación de implantes dentales más adelante.
Soluciones para la Pérdida de Molares
Afortunadamente, existen soluciones efectivas para estos problemas. La clave es actuar pronto y seguir procesos meticulosos para reemplazar los molares faltantes.
Implantes Dentales
- La mejor opción para restaurar los molares perdidos es la colocación de implantes dentales. Estos no solo reemplazan las muelas, sino que también estimulan el hueso, evitando su reabsorción.
- Es fundamental realizar este procedimiento cuanto antes para evitar complicaciones como la neumatización del seno maxilar o la pérdida de hueso significativa.
Prótesis Removibles
- Si bien las prótesis removibles pueden ser una opción más asequible, es importante notar que pueden conducir a una mayor pérdida de hueso a largo plazo.
- Estas prótesis cuentan con ganchos que se sujetan a los dientes restantes, pero si estos dientes están desgastados, las prótesis pueden ser incómodas o ineficaces.
Recuperación de la Dimensión Vertical
- Es vital devolver la dimensión vertical original de la boca antes de proceder con otras restauraciones. Esto suele hacerse con dientes provisionales colocados en las zonas donde faltan molares.
- Una vez restaurada la dimensión vertical, se pueden colocar restauraciones definitivas tanto en la parte anterior como posterior de la boca.
Provisionalización y Ajustes
- Antes de colocar las restauraciones definitivas, es importante usar provisionales para ajustar la mordida y asegurarse de que sea correcta.
- Los pacientes pueden necesitar tiempo para adaptarse a las nuevas restauraciones y comunicar cualquier incomodidad o problema en la pronunciación.
Recuerda, la prevención es siempre el mejor enfoque. Reemplazar los molares tan pronto como se pierden es crucial para evitar una cascada de problemas graves y costosos en el futuro. No esperes a que los síntomas empeoren; consulta a tu dentista para conocer las opciones de tratamiento adecuadas para ti.